Richard Buckminster Fuller
Durante su vida, Fuller buscó respuesta a la pregunta «¿Tiene la
humanidad una posibilidad de sobrevivir final y exitosamente en el planeta Tierra y, sí es así, cómo?». Considerándose a sí mismo un individuo medio sin especiales medios económicos o título académico, eligió dedicar su vida a esta cuestión, intentando descubrir si un individuo podía mejorar la condición humana de una forma que no podían hacer los gobiernos, las grandes organizaciones o las empresas privadas.
En el transcurso de este experimento, que duró toda su vida, Fuller escribió veintiocho libros, acuñando y popularizando términos como
sinergia, «
nave espacial Tierra» y
efemeralización. También realizó muchas invenciones, especialmente en los campos de la arquitectura, campo en el que su trabajo más conocido es la
cúpula geodésica. Las moléculas de carbono conocidas como
fulerenostomaron su nombre de su parecido con las esferas geodésicas.
En una etapa posterior de su vida, tras trabajar en sus ideas durante muchos años, Fuller había obtenido una considerable visibilidad pública. Viajó por el mundo dando clases y recibió muchos doctorados
honoris causa. Sin embargo, la mayoría de sus invenciones nunca se llegaron a fabricar por lo que recibió críticas en muchos campos en los que intervino, o simplemente se le tachó de
utópico. Por otra parte, los partidarios de Fuller aseguran que su obra no ha recibido toda la atención que merece. De acuerdo con el filósofo N. J. Slabbert, Fuller tenía un estilo de escritura oscuro que ha obstaculizado la circulación de sus ideas.